ACUARIOS DE AGUA FRIA
La
piscicultura ornamental, procede de la antigua
China, desde donde fue importada al Japón en tiempos remotos. Se especula sobre
el verdadero origen de este auténtico arte, siendo la hipótesis más aceptada la
que mantiene que el origen del acuarismo fue una derivación de las
exigencias de nobles orientales en el consumo de pescados frescos. El brillante
colorido y elegante movimiento de muchas especies hace variar la óptica y el
placer gastronómico, fugaz y transitorio, se cambia por belleza a la vista y paz para el
espíritu durante el tiempo de exhibición de los pececitos. Redomas de vidrio de boca ancha, cuyas sucesoras son las prisiones en forma de esfera denominadas
peceras de bola o más comúnmente peceras, estanques, fuentes y piscinas, se han empleado y modificado a lo largo de siglos para conseguir mantener, reproducir y
contemplar cómodamente la vida de los peces en el hogar.
El acuario
de “agua fría” no es otra cosa que un recipiente donde se recrea un ambiente
subacuático que permite la conservación y eventualmente la reproducción de
peces que viven en zonas templadas continentales en las que la temperatura del
medio varía estacionalmente entre 4° y 20° C. En muchas ocasiones las especies
que habitan en aguas “frías”, requieren una gran oxigenación del agua,
asemejando la de arroyos o ríos de montaña y, por lo tanto, su
mantenimiento exige condiciones similares a las necesarias para
los peces llamados “tropicales”.
Sin
embargo, algunas especies de gran colorido conformas atractivas y particulares pueden cuidarse con
accesorios sencillos como un compresor pequeño denominado “aireador”
que impulse un filtro de buen rendimiento, y con una luminaria que no irradie
calor, ni transfiera calor en exceso al agua.
La pecera de
agua fría, en general, será de mayores dimensiones que los acuarios tropicales,
pero de idéntica forma y similar estructura. El fondo, puede cubrirse con arena,
piedritas o incluso mixtos, permitiendo la plantación de platas acuáticas como “elodeas”, “charas”, “ranúcurus”, “miriofilium”, “musgo acuático” y otras
especies de agua fría. La iluminación nunca debe ser intensa, estando la “luminaria”
bien distanciada de la superficie del agua, y las lámparas de tipo que no irradie calor. Pueden utilizarse filtros de placa, “biológicos” (se instalan en el
fondo), o filtros exteriores, o incluso ambos, pero en muchos casos será
necesaria la instalación de un difusor que produzca un burbujeo para favorecer la
oxigenación del agua.
Peces de colores como carasius, telescópico, burbuja, cabeza de león, carpas y muchas especies más, pueden criarse en cautiverio y también ser reproducidas en el interior del hogar.
Es
indudable el atractivo y los beneficios que tiene este pasatiempo, ya que con bajo costo es sencillo iniciarse en la actividad y disfrutar de toda su belleza y relax al admirarlos.